La salud pública parece no ser prioridad para este gobierno, pese a los rimbombantes discursos en los que se ufanan de defenderla dedicándole millones de pesos que parecieran nunca llegar. A las irregularidades en torno al recordado Vacunatorio VIP, que terminó con la renuncia del ministro Ginés González García, le sigue el pésimo estado en los que se encuentran muchos establecimientos de salud del país.
Cada día miles de usuarios deben ser atendidos en centros con paredes que se caen a pedazos, enormes manchas de humedad, pérdidas de agua, peligrosas instalaciones eléctricas e incluso hay quienes deben permanecer internados en esas condiciones. En ese marco, el personal médico hace malabares para poder cubrir los requerimientos de los pacientes pese a la falta de insumos.
El reclamo colectivo de un país parece no ser suficiente al momento de instar al gobierno nacional a poner en valor un sistema de salud al que, si algo no le falta, son recursos dilapidados. (www.REALPOLITIK.com.ar)
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